sábado, 7 de agosto de 2010

Contra la página en blanco

La página en blanco, me trueno el cuello y mi respiración comienza a ser más rápida, un escalofrió recorre mi espalda, me sudan las manos, témpanos recorren mi sien, mi frente. Una sensación parecida al mareo me nubla la vista, comienzan a aflorar mil y un tics, la comezón en las cejas, en la nariz, tronarme los dedos y mordisquear mis labios. La respiración a aumentado tanto que comienza a sonar como la agitación del sexo, de un ejercicio extremo, de un terror extremo. Mis dedos no pueden mas, no soportan el ser tronados, imploran demencialmente a mi inspiración que se apersone, exigen la presencia de las musas e imploran a todas las diosas un momento de inspiración.

La página en blanco y mis sienes no soportan mas la presión, tal vez una copa me relaje, la tensión no es buena compañía para las musas. Un cigarro me despeje pero el resultado no es el deseado. La página continúa en blanco y de la inspiración ni sus luces, sin embargo a mi mareo se le a unido un sinfín de pequeñas luces que me impiden enfocar cualquier cosa con claridad, al sudor frio lo matiza un inquietante calor. El mal humor se a disfrazado de una aparente tristeza que me irrita aun mas. Cualquier ruido es detonante, cualquier pretexto un motivo para comenzar una revolución, el viento el calor, todo es irritante, nada me provee de un consuelo inspiracional.

La pagina sigue en blanco y esta tristeza me confunde, la confusión me remonta al mal humor y la ira es inevitable, un sinfín de dudas me asaltan cual caravana de moros en el desierto, mareo, asco, y un malestar parecido al de la fiebre valla hasta la presión se me ha subido, es demasiado estrés, ¿porque algo que me resulta tan placentero se ha convertido en un tormento?... ¿Qué demonio a poseído mi ser, alguna maldición ha sido arrojada en mi contra?

Camino por el cuarto, relajo los músculos, miro por la ventana y volteo al ordenador, si lo imaginaba la página sigue en blanco. Otro cigarro mientras miro el librero, tal vez podría escribir un cuento breve, algo que hable sobre el amor, sobre el odio, sobre la tristeza. Tal vez continuar con ese cuento que aspira a novela, un poema, una crítica o reseña. Porque no mejor escribir sobre lo que pasa en mi vida, transmutar lo cotidiano en arte, convertir las tragedias de lo cotidiano en algo lleno de ternura y piedad, en algo más perfecto en algo artístico. Y es que no entiendo porque me bloqueo tanto, porque me tiemblan las manos y me palpitan las sienes. Tal vez un pequeño relato erótico o un pretensioso y optimista relato sobre un gatito que se enfrenta al dilema de salir de casa o permanecer atrapado en su cotidianeidad, tal vez describir un perfecto atardecer en la rivera, o sobre una música enloquecedora que amenaza la lógica.

Me siento de nuevo, miro a la página en blanco y sonrió, me burlo de ella, he logrado encontrar un relato cotidiano y frustrante, me vengo de ti querido lector, te robe un par de minutos para decirte que hoy, no pude escribirte nada. Hoy solo me queda reírme de esa página que ya no está en blanco, esta página que llena de mis pesares y mi frustración no logro ser arte, solo un conglomerado de letras, palabras, frases sin ningún sentido, más que llenar esta maldita página en blanco.

Sin más que agregar me despido, ofreciendo una disculpa si te molesto mi revancha contra esa maldita página en blanco.

Sin tiempo sin dios y sin diablo, tuyo. Javtrodectus