martes, 10 de enero de 2012

Mudanza

 Y si, me siento asustado.

Tal vez porque me sentía muy confiado de un porvenir que aunque rutinario me parece aceptable, por los planes que formule en base a los murmullos de la monotonía, de la renovación que esperaba hacer y todas esas tonterías que uno planea y da por sentado, confiando en la bondad del incierto destino que un día sales a trabajar y al regresar te cambia el panorama, te exige un giro que no quieres afrontar y de momento te das cuenta que estas temblando de terror en posición fetal y aferrándote a la esperanza de despertar en cualquier momento y sentirte confiado en que "aquí no ha pasado nada"

 Pero ¿por qué algo tan simple como una mudanza previa a la deseada desencadena este miedo?....
Seguramente es por la aversión a postergar lo que para mi es una urgencia, regresar al terruño y tratar de apurar el paso para continuar desde donde me quede. "recuperar" el tiempo perdido para conmigo mismo, para con los que amo y dejar esta etapa de mi vida como el recuerdo de una mala película, o de uno de esos tediosos sueños en los que no pasa nada.
 Escapar de las provincias y hacerme a la ciudad era la primicia de este año, era la meta obvia y hasta podría parecer la mas fácil, claro fácil si fuese yo solo, pero tengo a cuestas a mis ancianas y un pasado que si soy sincero aun me da temor.
 Regresar a ese mar de gente también es un reto que necesito, no mas ser el sobrino de Don Horacio, hermano del "Pana" y primo de Sharon Dávila "¡si, la de la tele!".... Ser solo yo y con eso pelearme por crear una rutina nueva, romperme los huesos en la lucha de ser yo como aquí nunca podre serlo, escapar a la comodidad de mi pedigree es un reto también, mas hasta cierto modo sera de lo mas liberador que haya hecho y no solo para mi.
 Ganas de salir corriendo con un par de maletas y dar la espalda a todo, ese creo que ha sido mi reto durante los últimos 3 años, mas sin embargo, aún no tengo la sangre tan fría ni pierdo la memoria.

 Salir a la calle, ir a las agencias inmobiliarias y buscar algo optimo para esta pequeña tribu de gitanos desdentados. buscar hasta encontrar lo mas idóneo a mi bolsillo; empacar, los gastos de mudanza, renta y deposito y después desempacar y cuidarte de los platos rotos, cuidar que no falte ninguna caja, que no se rompan los jarrones y que las matriarcas no mueran en la odisea que resulta el traslado. al menos esta vez, tengo mas tiempo para preparar el viaje; mas no animo. Me siento como en un rincón de castigos, me siento vacío de ilusiones, me siento perdido en mi cuarto y escribo y borro y vuelvo a escribir sintiendo que esta entrada es la cosa mas banal que nunca antes había escrito, pero saben, ¡neta! me siento de la verga, lo que le sigue.