Y si, me siento asustado.
Tal vez porque me sentía muy confiado de un porvenir que aunque rutinario me parece aceptable, por los planes que formule en base a los murmullos de la monotonía, de la renovación que esperaba hacer y todas esas tonterías que uno planea y da por sentado, confiando en la bondad del incierto destino que un día sales a trabajar y al regresar te cambia el panorama, te exige un giro que no quieres afrontar y de momento te das cuenta que estas temblando de terror en posición fetal y aferrándote a la esperanza de despertar en cualquier momento y sentirte confiado en que "aquí no ha pasado nada"
Pero ¿por qué algo tan simple como una mudanza previa a la deseada desencadena este miedo?....
Seguramente es por la aversión a postergar lo que para mi es una urgencia, regresar al terruño y tratar de apurar el paso para continuar desde donde me quede. "recuperar" el tiempo perdido para conmigo mismo, para con los que amo y dejar esta etapa de mi vida como el recuerdo de una mala película, o de uno de esos tediosos sueños en los que no pasa nada.
Escapar de las provincias y hacerme a la ciudad era la primicia de este año, era la meta obvia y hasta podría parecer la mas fácil, claro fácil si fuese yo solo, pero tengo a cuestas a mis ancianas y un pasado que si soy sincero aun me da temor.
Regresar a ese mar de gente también es un reto que necesito, no mas ser el sobrino de Don Horacio, hermano del "Pana" y primo de Sharon Dávila "¡si, la de la tele!".... Ser solo yo y con eso pelearme por crear una rutina nueva, romperme los huesos en la lucha de ser yo como aquí nunca podre serlo, escapar a la comodidad de mi pedigree es un reto también, mas hasta cierto modo sera de lo mas liberador que haya hecho y no solo para mi.
Ganas de salir corriendo con un par de maletas y dar la espalda a todo, ese creo que ha sido mi reto durante los últimos 3 años, mas sin embargo, aún no tengo la sangre tan fría ni pierdo la memoria.
Salir a la calle, ir a las agencias inmobiliarias y buscar algo optimo para esta pequeña tribu de gitanos desdentados. buscar hasta encontrar lo mas idóneo a mi bolsillo; empacar, los gastos de mudanza, renta y deposito y después desempacar y cuidarte de los platos rotos, cuidar que no falte ninguna caja, que no se rompan los jarrones y que las matriarcas no mueran en la odisea que resulta el traslado. al menos esta vez, tengo mas tiempo para preparar el viaje; mas no animo. Me siento como en un rincón de castigos, me siento vacío de ilusiones, me siento perdido en mi cuarto y escribo y borro y vuelvo a escribir sintiendo que esta entrada es la cosa mas banal que nunca antes había escrito, pero saben, ¡neta! me siento de la verga, lo que le sigue.
Hasta ahora cuando llueve
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- ¿Por qué lloras cuando llueve?
- No siempre, solo cuando llueve muy fuerte, como hoy
- ¿Y por qué?
- Porque me siento sola
Salí al balcón a mirar el bar...
Hace 7 años
Esos cambios que nos asustan porque no sabemos si van a gustarnos y ese miedo infernal que nos recorre como si estuviéramos parados en el borde del precipicio, por algo tan simple y cotidiano como una mudanza.
ResponderEliminarEs que algunos no solo mudamos nuestras ropas y trastos, mudamos las memorias, el alma y el corazón y no queremos que nada se olvide, se pierda o se estropee en el traslado.
Esas ganas de volver a la ciudad, como si de pronto te abrieran la puerta de la prisión y no te atrevieras a dar un paso mas allá del patio . . .
Que difícil amigo, pero sabes? Ahí estoy yo contigo.